Friday, November 18, 2011

La catástrofe de la castración en un mundo machista

         Según la teoría crítica de la deconstrucción, una sociedad “falogocéntrica” se refiere al privilegio de lo masculino en la construcción del significado. En otras palabras, todo en la sociedad pertenece al hombre y la sociedad es dominada por el hombre.  Esta teoría feminista se revela en el artículo de Suzanne J. Kessler The Medical Construction of Gender: Case Management of Intersexed Infants (1990) el cual analiza el fenómeno médico de los bebes que nacen intersexuados. Según el artículo,"the birth of intersexed infants, babies born with genitals that are neither clearly male nor clearly female, has been documented throughout recorded time" (Kessler 1). Esto no es algo nuevo para nuestra sociedad, pero todavía sigue siendo un tabú. El artículo refuerza la idea que vivimos en un mundo centrado en el hombre cuando habla de las cirugías correctivas en el caso de los bebes que nacen intersexuados. En estos casos, los médicos sienten que necesitan hacer su diagnóstico del género único del infante, y el punto de referencia es el pene. Kessler afirma que “The mere fact that the doctor refers to the genitals as an underdeveloped phallus rather than an overdeveloped clitoris suggests that the infant has been judged to be, at least provisionally, a male” (11). En un proceso médico como este, nos sirve analizar la manera en que los médicos deciden, nos damos cuenta que las decisiones de los médicos representan las ideas de una sociedad “falogocéntrica”. Puesto que los médicos usan los genitales masculinos como punto de referencia, se puede infiere que el proceso del pensamiento es dominado por los hombres. No hay consideración, del principio, al hecho de que el infante puede ser una niña cromosómicamente (XX), así se ve la lógica masculina que prevalece en la sociedad.
Sin embargo, el artículo de Kessler explora la idea de John Money que se elabora en el video Sex: Unknown (2001). Ambos nos proveen la idea de que es la sociedad la que necesita crear una identidad, o sea es la crianza la que nos determina. La pregunta de Kessler “Why do we do all these tests if in the end we’re going to make the decision simply on the basis of the appearance of the genitalia?” (11) es una que nos lleva a la respuesta de que los principios subyacentes en las decisiones de los médicos son culturales, y no biológicas. Basado en las reacciones parentales y en las percepciones de los médicos, los bebes que nacen intersexuados sufren las consequencias de una decisión que ellos no pueden controlar. Esta decisión, como escribe Kessler, “…genital ambiguity is corrected not because it is threatening to the infant’s life but because it is threatening to the infant’s culture” (23); es decir que si hay una ambigüedad en el género de un bebe, es perjudicial porque nuestra sociedad no acepta la ambigüedad de ninguna forma. En el documental, vemos la historia de un hombre que se convierte en una mujer a causa de un accidente durante una circuncisión. No obstante, ese hombre no quiere vivir como una mujer porque nace un hombre y se siente que es un hombre en el interior de sí mismo. La única razón para cambiar su género es la mano del médico. Cree que es mejor vivir como una mujer en vez de como un hombre sin un pene adecuado en el tamaño y si cria a este hombre como a una mujer, se siente como una mujer. Este argumento es conocido como la teoría de la naturaleza versus la crianza. En el documental, vemos que esto no es así. La teoría de que la crianza es la fuerza pivotal que forma nuestra identidad no es necesariamente cierta, como confirmamos en el caso del hombre en el documental Sex: Unknown. Sin embargo,  también no se sabe aún lo que moldea nuestra identidad y género.
Una sociedad “falogocéntrica”, está representada en el libro de Mario Vargas Llosa, Los cachorros(1991). Este libro describe lo que afirma el artículo de Suzanne Kessler – que la sociedad moderna pertenece al hombre o falogocéntrica. En Los cachorros el autor se centra en un grupo de muchachos de Miraflores de los años cincuenta. Uno de los cuales, Cuéllar, es castrado por un perro. Vargas Llosa profundiza en la psicología del protagonista, como en las consecuencias que esto le trae al protagonista, como la tristeza, la burla, los complejos que sufre el mismo en una sociedad machista. Vargas Llosa narra que “…se metía siempre a la ducha después de los entrenamientos…a veces ellos se duchaban también…solo Lalo y Cuéllar se estaban bañando…Lalo chilló se escapó mira hermano y alcanzó a cerrar la puertecita de la ducha en el hocico, mismo del danés. Ahí, encogido, losetas blanca, azulejos y chorritos de agua, temblando, oyó los ladridos de Judas, el llanto de Cuéllar, sus gritos…” (65). Cuando el perro desfigura el pene de Cuéllar, el personaje se pone emasculado física, mental y emocionalmente. Con la castración, Cuéllar es despojado de su masculinidad por la sociedad, ya que la sociedad en que vive es machista. Es interesante que a los ojos de una sociedad “falogocéntrica”, la identidad de un hombre sea constituido por el tamaño de sus genitales. Esta idea es lo que Kessler propone en su artículo también cuando dice que “In the case of the undersized phallus, what is ambiguous is not whether this is a penis but whether it is good enough to remain one” (11). Vemos, pues, que en una sociedad “falogocéntrica” moderna la masculinidad se mide por el aspecto físico de los órganos privados. Y si algo su tamaño no logra el mínimo deseable, y el niño se convierte y se cria como una mujer. ¿Qué dice esto sobre nuestra sociedad?

Kessler, Suzanne J. Medical construction of gender: case management of intersexed infants. Chicago: U. of Chicago Press, 1990. Print.
Llosa, Mario, and Guadalupe Ariza. Los cachorros. Madrid: Cátedra, 1982. Print.
Sex: Unknown. Dir. Andrew Cohen. Perf. Will Lyman. Nova, 2001. VHS.

3 comments:

  1. Me gustó mucho tu entrada, y estoy completamente de acuerdo a tu argumento del proceso parcial que hacen los médicos para determinar el sexo de un infante intersexual. Cuando analizamos lo que escribió Kessler, es evidente que existe un prejuicio entre los médicos y padres para criar a un chico antes de escoger guardar el sexo femenino en estos casos. Comenta que es difícil para los padres ver a su hijo perder su pene. Culturalmente, abrazamos los roles sociales de los hombres y las mujeres, y cualquier persona que cruza estas fronteras está sujetado a criticismo. Kessler describe: “This reasoning implies, first, that tomboyish behavior in girls is bad and should be avoided; and, second, that it is preferable to remove the internal female organs, implant prosthetic testes, and regulate the “boy’s” hormones for his entire life tan to overlook or disregard the perfection of the penis” (17). En mi opinión, parece totalmente barbarie decidir el sexo de un infante sin considerando los deseos del individuo sí mismo. Es una lástima que hay una presión inmenso de nuestra sociedad para saber definitivamente si un bebe es niño o niña sin su consentimiento. Con relación a Los cachorros, Pichula sufre muchísimo cuando pierde su pene, y por lo tanto, no siente masculino, aunque no debería ser importante como aparece sus genitales.

    Obra citada:

    Kessler, Suzanne J. Medical Construction of Gender: Case Management of Intersexed Infants. Chicago: U. of Chicago Press, 1990. Print.


    Shannon Fee
    sfee8@mail.naz.edu

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  2. Yo también creo que las ideas de John Money son muy interesantes, especialmente su aserción que un hombre se puede crecer como mujer si los padres lo traten como mujer (haciendo que la sociedad lo reconozca como mujer también, un acto que refuerza la idea en la mente del hijo de que es hija). Vemos con el documental que mencionas - “Sex: Unknown” – que no siempre es así. Quiero notar también las diferencias entre los cerebros de las mujeres y los hombres que encontraron los investigadores en el documental. Creo que la composición biológica del cerebro en el hombre David, quien se creció como mujer, puede ser alguna razón por su rechazamiento de su género escogido por sus padres. Tal vez se pregunta si David habría tenido éxito en crecerse como hombre con genitales masculinos mutilados. Cuéllar, de Los cachorros (1967), no tenía éxito en crecerse hombre con genitales masculinos mutilados. “Poco a poco fue resignándose a su apodo y en sexto año ya no lloraba ni se ponía matón, se hacía el desentendido y a veces hasta bromeaba...”(Llosa 74). Aun empieza de pasar rato con chicos jóvenes -“Les enseñaba a manejar el Volvo, se lucia ante ellos dando curvas en dos ruedas… Ya está, decíamos, era fatal: maricón,” (Llosa 118) – hasta que sus compañeros lo piensan homosexual. Cada caso es diferente, y nunca sabremos que es la cosa correcta de hacer. Pero creo que el caso de David especialmente nos hace reflexionar en nuestras decisiones y las consecuencias que pueden tener.

    Jessica Tette
    jtette9@mail.naz.edu

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  3. Estoy de acuerdo con tu entrada. Creo que el mundo médico tiene muchas discrepancias cuando discute el proceso de la asignación de género de bebés intersexuados. La mayoría de las decisiones están hechas solamente basadas en el tamaño de los genitales masculinos. "…chromosomes are less relevant in determining gender than penis size, and that, by implication, “male” is not combined by the genetic condition of having one Y and one X chromosome or by the production of sperm but by the aesthetic condition of having an appropriately sized penis,” (Kessler 12). Sin embargo, en el documental de NOVA, "Sex: Unknown" (2001), la historia de David niega la teoría de John Money. Durante la circuncisión de David, nacido Bruce, los médicos quemaron el genital masculino y decidieron a convertir lo que era el genital masculino a un genital femenino. Entonces, Bruce se hizo Brenda, pero no sentía como una mujer. Podemos ver como el cambio de genital no cambiaba los sentimientos adentro. Entonces, ¿por qué el mundo médico sigue tomando decisiones basadas en las creencias de la sociedad en vez de la ciencia?

    Kessler, Suzanne J. Medical Construction of Gender: Case Management of Intersexed Infants. Chicago: U. of Chicago Press, 1990. Print.

    Sex: Unknown. Dir. Andrew Cohen. Perf. Will Lyman. Nova, 2001. VHS.

    Angela Briggs
    abriggs2@mail.naz.edu







    Angela Briggs
    abriggs2@mail.naz.edu

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